► LA LIBERTAD DE EXPRESIÒN NO SE NEGOCIA ◄. •Se aceptan y reciben criticas constructivas y/o destructivas!!!• Entre todos se puede construir nuevas ideas progresistas.

17 abr 2009

Umberto Eco.

Cultura de Masas

Hacia la segunda mitad del siglo XX, posiciones encontradas comienzan a debatir respecto a la aparición de multitudes en la vida social, lo cual a partir de las tecnologías de la comunicación, se transformó en un fenómeno evidente y perdurable. La industria cultural, irrumpe en el escenario con novedosas propuestas, por cierto, en muchos casos, más que cuesionables. Surge pues, el conepto de cultura de masas, término ambiguo que pretende incluir los medios de comunicación audivisuales (radio, cine y TV), como a la gráfica (diarios y revistas) y a la industria editorial (Best sellers, literatura de consumo masivo).
En este contexto, los medios poenen los bienes culturales al alcance de todos, adecuando el contenido muchas veces, al "nivel" del receptor, esto es, haciendo que la asimilación sea más simple e incluso superficial. Este proceso de "adaptación" de los contenidos, se traduce en una extensión del campo cultural.
Surge entonces, la necesidad de contextualizar la cultura de masas: es imposible conocerla si se pasa por alto que los medios de comunicación se desarrollan en el momento exacto en que las grandes masas comienzan a ser protagonistas d ela vida pública, imponiendo así un lenguaje propio y exigencias particulares. Sin embargo, Eco apuntará que el modo de divertirse, de pensar, de imaginar de las clases populares es inducido por los medios y responde a los modos de pensar de la clase dominante. Y en este sentido, los medios proponen situaciones que no tienen ningna conexión con la realidad de los consumidores. En síntessis, la cultura de masas ofrece expresiones culturales de la burguesía a los sectores populares.



Críticas a la cultura de masas:

1. Como se dirige a un público muy amplio, y con el objetivo de satisfacer sus expectativas, evita propuestas originales que puedan disgustar a algún sector en particular.
2. Como es un mensaje desinado a una clase de tipo homogénea, tiende a neutralizar las diferencias particuares de cada grupo étnico.
3. No promueve modificaciones en la sensibilidad o el gusto de de las masas.
4. No fomenta la relfexión, alimentando emociones superficiales e inmediatas.
5. Los consumidores están sometidos a las leyes de oferta y demanda.
6. Ofrece al público únicamente lo que éste desea, o peor aún, le sugiere lo que debe desear.
7. Elimina las diferencias entre las elaboraciones de la cultura de élite y la industria del espectáculo y el entretenimiento.
8. Estimula una perspectiva pasiva y poco crítica.
9. Opera en el plano de las opiniones comunes en base al reesfuerzo existente previamente en el seno de la sociedad.
10. Propicia el conformismo.
11. La clase dominante suele utilizarla como vehículo del control social.
12. Utiliza modelos impuestos verticalmente para impedir del ascenso y progreso de las masas.


Beneficios de la cultura de masas:

1. Un amplio grupo social participa con igualdad de derechos en la vida pública, el consumo, disfrutando de las comunicaciones disponibles.
2. La acumulación de información que ofrecen los medios masivos de comunicación, incrementa la formación e incentiva la reflexión.
3. La homogeneización del gusto permite que ciertas diferencias de clases se eliminen, unificando sensibilidades nacionales.
4. Favorecen la divulgación de información, estimulando la curiosidad y ansias de saber en sectores antes marginados.
5. El hombre contemporáneo puede acceder a aspectos del mundo que antes sólo eran patrimonio de una elite.
6. Colaboran en la renovación cultural, mediante la aparición de nuevos modos de hablar y la incorporación de novedosos lenguajes artísticos.



Apocalípticos e Integrados

Según la perspectiva de Eco, para la aristocracia, la idea de compartir la cultura de modo tal que pueda llegar y ser apreciada por todos es un contrasentido, por lo tanto, no se trataría de una cultura sino de una "anticultura". Por el contrario, aquellos que aceptan el fenómeno, sostienen que gracias a él es posible acercar a las grandes masas, manafiestaciones artísticas a las que antes estaban marginados. Los aristócratas serán pues, los pesimistas, o los apocalípticos mientras que los optimistas, serán llamados integrados Veamoslo pues, en sus propias palabras:

Los apocalípticos:

Si la cultura es un hecho aristocrático, cultivo celoso, asiduo y solitario de una interioridad refinada que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre; la mera idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos, y elaborada a medida de todos, es un contrasentido monstruoso. La cultura de masas es la anticultura. Y puesto que ésta nace en el momento en que la presencia de las masas en la vida social se convierte en el fenómeno más evidente de un contexto histórico, la «cultura de masas» no es signo de una aberración transitoria y limitada, sino que llega a constituir el signo de una caída irrecuperable, ante la cual el hombre de cultura (último superviviente de la prehistoria, destinado a la extinción) no puede más que expresarse en términos de ApocaIipsis."


Los integrados:

"En contraste, tenemos la reacción optimista del integrado. Dado que la televisión, los periódicos, la radio, el cine, las historietas, la novela popular y el Reader's Digest ponen hoy en día los bienes culturales a disposición de todos, haciendo amable y liviana la absorción de nociones y la recepción de información, estamos viviendo una época de ampliación del campo cultural, en que se realiza finalmente a un nivel extenso, con el concurso de los mejores, la circulación de un arte y una cultura «popular». Que esta cultura surja de lo bajo o sea confeccionada desde arriba para consumidores indefensos, es un problema que el integrado no se plantea. En parte es así porque, mientras los apocalípticos sobreviven precisamente elaborando teorías sobre la decadencia, los integrados raramente teorizan, sino que prefieren actuar, producir, emitir cotidianamente sus mensajes a todos los niveles. El Apocalipsis es una obsesión del dissenter, la integración es la realidad concreta de aquellos que no disienten. La imagen del Apocalipsis surge de la lectura de textos sobre la cultura de masas; la imagen de la integración emerge de la lectura de textos de la cultura de masas. Pero, ¿hasta qué punto no nos hallamos ante dos vertientes de un mismo problema, y hasta qué punto los textos apocalípticos no representan el producto más sofisticado que se ofrece al consumo de masas? En tal caso, la fórmula «apocalípticos e integrados» no plantearía la oposición entre dos actitudes (y ambos términos no tendrían valor substantivo) sino la predicación de dos adjetivos complementarios, adaptables a los mismos productores de una «crítica popular de la cultura popular».." Eco, Op. cit.
Eco considera pues, que el error de los integrados es defender al extremo la cultura de masas creyendo que la multiplicación de los productos culturales es buena en sí misma, esto es, carecen de una actitud crítica que considere la posiblidad de buscar nuevas orientaciones. Por otra parte, los apocalípticos confían que es posible proporcionar una cultura que evite el condicionamiento industrial. Esto sería un error, puesto que no tiene sentido considerar que la cultra de masas es mala solo por el hecho de que sea industrial.



El kitsch: la estética del mal gusto.

Una de las características de la cultura de masas está basada en la estética kitsch. Este estilo, podría describirse del siguiente modo:

1. Toma procedimientos de la vanguardia artística, esto es, de las expresiones artísticas más innovadoras, y los "adapta" a un nivel accesible a las grandes masas. Esto es que, simplifica y superficializa la manifestación artística para ampliar las audiencias.
2. Tales procedemientos son empleados solo cuando las vanguardias se han difundido lo sufienciente hasta ser aceptadas (es decir, cuando dejaron de ser innovadoras), de esta forma, se evita el riesgo de rechazo.

Ejemplo
Programas de televisión que imitan el motaje rápido y fragmentado de las películas de Quentin Tarantino (Tiempos Violentos), quien es considerado un cineasta vanguardista.
3. El kitsch busca siempre un efecto inmediato y fácil, para lo cual, apela a los lugares comunes, ésto es imágenes y palabras de reconocida efectividad. De esta forma, recurre a la redundancia, insistiendo con un mismo recurso.

Ejemplo
En las telenovelas, a través de la sobreactuación, músicalización para el efecto "romántico". O en el cancionero romántico, el abuso de frases y palabras tenidas por "románticas".
4. Pretende engañar al consumidor pasando tales productos por manifestaciones artísticas genuinas, cuando en realidad, solo se trata de versiones vulgarizadas.
5. Como el consumidor cree haber accedido a la cultura, el kitsch cumple una función "tranquilizadora" que desvía el interés por otro tipo de inquietudes.

Ejemplo
Productos televisivos retendidamente "culturales" que son producidos industrialmente y no representan manifestaciones artísticas.


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Apocalipticos e Integrados
Debate acerca de la cultura de masas
Por Anabella Squiripa

Es sabido que la aparición de los medios de masas implica una fractura en las modalidades de producción cultural. Y continuando el debate acerca de la cultura de masas, el escritor y filósofo italiano Umberto Eco –quien goza de gran reconocimiento mundial desde hace ya varias décadas-, regala interesantes reflexiones en su libro “Apocalípticos e Integrados” (1965). En éste, una contienda intelectual se lleva a cabo. En un rincón están los Apocalípticos, a quienes podríamos identificar con la vieja Escuela de Frankfurt, enemigos públicos de la industria cultural postindustrial; en el otro, los Integrados, defensores de la cultura de masas.


Defensa de la cultura de masas

Los Integrados alegan que la cultura de masas no es típica de un régimen capitalista, sino que nace en una sociedad en que la masa de ciudadanos participa con igualdad de derechos en la vida pública y en el consumo. Tampoco ha ocupado el puesto de una superpuesta cultura superior, se ha difundido entre masas que antes no tenían acceso al beneficio de la cultura (democratización del arte) en otros tiempos y que estaba sólo reservada a las clases privilegiadas. A la objeción de que la cultura de masas difunde productos de entretenimiento que nadie se atreve a juzgar como positivos, se responde que desde que el mundo existe, es normal la diversidad de producción y de difusión, como si los antiguos duelos de gladiadores hubiesen sido sustituido por otras formas de distracción inferior. Una homogenización del gusto contribuiría a ciertos niveles las diferencias de casta, a unificar las sensibilidades nacionales. Es cierto que la difusión de bienes culturales al tornarse intensiva embota la capacidad de recepción, pero esto constituye un fenómeno de consumo del valor estético o cultural. Ofrecen informaciones sobre el universo sin sugerir criterios de discriminación, pero en definitiva sensibilizan al hombre contemporáneo en su enfrentamiento con el mundo. Y por último, no es cierto que los medios de masas sean conservadores desde el punto de vista del estilo y de la cultura, sino que han introducido nuevos modos de hablar, nuevos giros, nuevos esquemas perceptivos. Bien o mal, se trata de una renovación estilística.


Críticas a la cultura de masas

Los Apocalípticos sostienen que los medios masivos se dirigen a un público heterogéneo y se especifican según medidas de gusto, así destruyen las características culturales propias de cada grupo étnico. Tienden a secundar el gusto existente sin promover renovaciones de la sensibilidad, también tienden a provocar emociones vivas y no mediatas, es decir, en lugar de simbolizar una emoción, de representarla, la provocan, la dan ya confeccionada. Estos medios, al estar inmersos en un circuito comercial, están sometidos a la ley de oferta y demanda, por eso dan al publico únicamente lo que desea, o peor aún, siguiendo las leyes de una economía fundada en el consumo. También, tienden a imponer símbolos y mitos de fácil universalidad, creando tipos reconocibles de inmediato y con ello reducen al mínimo la individualidad y la concreción de nuestras experiencias y nuestras imágenes.
Desde el punto de vista de Eco, el error de los Integrados estriba en creer que la multiplicación de los productos industriales es de por sí buena, según una bondad tomada del mercado libre y no que debe ser sometida a critica. Los Apocalípticos fallan en pensar que la cultura de masas es radicalmente mala precisamente porque es un hecho industrial, y que hoy es posible proporcionar cultura que se sustraiga al condicionamiento industrial.Los problemas están mal planteados desde el momento en que se formulan del siguiente modo: ¿es bueno o malo que exista la cultura de masas? El problema, por el contrario, es: desde el momento en que la presente situación de una sociedad industrial convierte en ineliminable aquel tipo de relación comunicativa conocida como conjunto de los medios de masa, ¿qué acción cultural es posible para hacer que estos medios de masa puedan ser vehículo de valores culturales?.


Eco hace cuatro propuestas de investigación: una investigación técnico-retórica sobre los lenguajes típicos de los medios de masa y sobre las novedades formales que éstos han introducido (cómics: ascendencia histórica, influencia del cine, visualización de la metáfora verbal, etc; televisión: gramática y sintaxis de la toma directa, temporalidad especifica, relaciones de recepción, etc.; y novelas policíacas o de ciencia ficción: elemento de critica social, utopía, sátira moralista, etc)Una investigación crítica sobre las modalidades y sobre los éxitos desde el nivel superior al nivel medio. A través de ejemplos de cultura de masas (cultura media), los lectores pueden ser conducidos hacia la fruición de productos más complejos, que finalmente cada uno de nosotros, aún el más culto y sofisticado, puede acudir a semejantes formas de entretenimiento sin experimentar sensación alguna de encallarse. Solo a través de contrastes críticos semejantes se hace posible una exposición equilibrada sobre los significados que gradualmente pueden asumir las relaciones de transfusión entre los distintos niveles.Un análisis estético-psicológico-sociológico de cómo las diferenciaciones de postura de fruición pueden influir sobre el valor del producto desgustado: no es la difusión por disco de la quinta sinfonía de Beethoven lo que la banaliza, es fatal que muchos productos culturalmente validos, difundidos a través de determinados canales, se someten a una banalización, debido no al producto sino a las modalidades de fruición.Un análisis crítico–sociológicos de los casos en que las novedades formales, aunque dignas, actúan como simples artificios retóricos y como vehículos de un sistema de valores que en realidad tiene que ver con ellas.Con todo lo dicho Eco proponen una serie de investigaciones posibles mediante las cuales se podrían aportar elementos de discusión a un debate sobre la cultura de masas que tuviese en cuenta sus medios expresivos, la forma que se utilizan, el modo en que se disfrutan, el contexto cultural en que quedan insertos, el trasfondo político o social que les otorga carácter y función.Finalmente, no es cuestión de calificar si la existencia de la cultura de masas es saludable o nociva. Se debe aceptar que existe, y sería más edificante enfocar todos estos esfuerzos en torno a la cultura para lograr acciones que den como fruto verdaderos valores culturales.

1 comentario:

Ann S. dijo...

Gracias por promover mi artículo.

Saludos!

Anabella Squiripa